Este año en el encuentro de música cantamos, bailamos y construimos un instrumento musical.
Luego del tradicional saludo a los niños, niñas y sus familias, cantamos canciones en relación a las manos y el cuerpo, acompañados de la guitarra y guantes sonoros. Después con los Conejos confeccionamos un tambor hecho con la lata que cada uno trajo de casa. La decoramos con stickers y ojalillos que pintaron con crayones y la cerramos con cinta scotch ancha, formando así el parche del tambor. Y con nuestro tambor formamos una orquesta acompañada con otros instrumentos.
Por su parte, con los Delfines, confeccionamos una maraca hecha con un tubo de cartón que decoramos pintándolo con crayones y con stickers y ojalillos. Le pusimos porotos adentro y la cerramos con tapitas de cartulina. Y con nuestra maraca También formamos una orquesta.
Para mover un poco el cuerpo, bailamos con pañuelos todos juntos algunas rondas, y finalmente nos despedimos con la ronda de los conejos y nuestras canciones de saludo.
La construcción de un "cotidiáfono" (instrumento musical construido con materiales de uso cotidiano) permite a los niños/as experimentar no solo el armado de algo nuevo, sino también entender cómo y porqué suenan algunos instrumentos. A su vez, al poder personalizarlo, le dan su toque de identidad, pudiendo comparar con sus pares y ser uno dentro un grupo.
El baile, especialmente en edades tan tempranas, proporciona sensaciones propioceptivas que ayudan a reconocer el cuerpo, sus partes, reconocerse en ese cuerpo, y explorar distintos movimientos. A su vez, las rondas propician el contacto con otros cuerpos y movimientos, fomentando los límites corporales (en el sentido de borde: acá termino yo y allá empieza mi amigo).
Y finalmente la música propicia el afianzamiento en el cuerpo de nociones rítmicas y melódicas que luego pueden ser llevadas a los instrumentos y el canto.
¡Espero hayan disfrutado de este día lleno de música!
Lic Tatiana Jaeger
Prof Psmta Maria Laura Hernando
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